lunes, 9 de enero de 2012

para tí por última vez

Y es que no entiendo como algo tan lindo se fue al demonio. Algo por lo que nos arriesgamos, algo que queríamos pero ya uno no quiere más. Y es que fui tan feliz y ahora soy lo contrario. Y es que viví tantas cosas que ahora evito recordar para no llorar. Y es que te vi a los ojos tantas veces que si lo hago ahora me desarmo en pedazos. Y es que vi tu boca formar mi nombre y ahora me parece extraño formar el tuyo con la mía. ¿Por qué? Ya no tengo ganas de responder nada, porque la verdad es que me estoy volviendo nada. Ya lo perdimos, ya lo perdí, ya te perdí. Y es que ya siento que no me permites hacer nada por esto aunque yo lo quiera con un desenfreno casi indescriptible. Y es que cometí errores que jamás debieron haber ocurrido y por los cuales el arrepentimiento se aferra a mis venas. Si no hubiese hecho esto, no hubiese hecho esto otro, y otras mil y una interrogantes de cómo recuperar algo que se perdió en un túnel sin luz y sin término... la verdad es que no sé cómo podría armar las piezas caídas, pero créeme que tengo todas las ganas. Sin ya más nada qué escribir, con muchas fotos para recordar, para pensarte, para pensarnos, y sin tí a mi lado, yo ya me despido. Nunca se te olvide que te quiero y que ni por la razón más fuerte lo dejaré de hacer.


Paula.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Eso

Parecía ser un tanto simple. Pero ahora, que sé cómo funcionan ese tipo de cosas, no queda más que explorar, que conocer un poco más.

¿Una decisión? Me parece. Desde que lo escuché como significado/sinónimo de una palabra tan grande y amplia, me pareció bastante razonable pensar en el amor de esa manera, como una decisión. Tu decides amar a alguien.
Después pensé lo que todos piensan: un sentimiento. Y, ahora que lo siento y que hasta lo conozco, puedo decir que no es un sentimiento. Defino, subjetivamente, un sentimiento como un estado anímico, y todos sabemos que el amor no es un estado anímico, todos sabemos que no llega un día y se va a las horas después. El amor es mucho más que eso, y no hay forma de definirlo, porque absolutamente nadie va a poder hacerlo. Es indescriptible. Es algo que simplemente te pasa, que cuando empieza con sus vestigios no va a parar, que cuando ya se instala es difícil de sacar.

¿Y cuando lo empiezas a sentir? Se te agita el corazón con tan sólo una mirada de tu compañero, sonríes casi en forma ridícula y estúpida frente a él. Creo que eso es muy poco decir para explicar los primeros síntomas de amor.

Es lindo, es verdaderamente hermoso. Total y absolutamente recomendable. Usted, enamórese.

miércoles, 29 de junio de 2011

Sólo decir

Expreso, puede que... Sólo puede. Ahora sí que expreso, el café lo dejé de lado, tal vez se enfrió. Empiezo a hablar casi manifestando, prácticamente manifiesto y las manos, los brazos apegados a los costados del cuerpo, de la vida y además del alma. ¿Y? Expreso, con el expreso entre los dedos que hace hevir la capa que cubre la carne de esa extremidad creadora, mentirosa con el café lleno de vocales y consonantes haciendo una escultura de palabras, manifestándolas y una frase inexplicable aflora de mis labios diciendo (ya no expresando, el grano se acabó) que nada hay que decir.
Published with Blogger-droid v1.6.5

lunes, 2 de mayo de 2011

Y si...

"- Me perdí, me perdí.
- ¿Qué?- preguntó el tipo que estaba a mi lado mientras arqueaba una ceja. Ese tipo me conocía más que mi mamá.
- Ya te dije... me perdí.- el cielo se hacía más grande... ¡Oh! hay un pasadizo... ¿Podré...?
- No entiendo. ¿Por qué dices que te perdiste?- se quedó mirándome con el ceño fruncido un buen rato, hasta que logró entender.
Estaba mal. Mi vida había sido feliz y desde un equis día empezó a ser mala, mi vida había empezado a responderme de la manera incorrecta, de una manera que no estaba acostumbrada a esperar. Todo se había roto, todo estaba en manos de un cuaderno que tenía guardado en la mesita de luz de mi grande y blanca habitación. Que todos esos diplomas que tenía en mi habitación no eran más que hojas, ya que con todos los problemas que estaba pasando, se me había olvidado dónde mierda los había conseguido.
En pocas palabras, me sentía vacía.
- Todos pasamos por momentos así, Natasha.- Chris me abrazó para consolarme de alguna manera, ya que sentía la presión en los ojos, sentía que las lágrimas se apoderaban de mí, que me hacían débil. Su cabello rubio tenía un aroma a menta.
- Lo sé.- dije con un hilo de voz.- Lo sé... es sólo que no esperaba que me ocurriera de ésta manera, es eso.
Me aferró más a él y apoyé mi mejilla en su hombro.
- Acuérdate de que yo estoy aquí... Acuérdate de que siempre he estado aquí, desde que no tenías memoria, desde que te escuché por primera vez llorar. Sabes que siempre estaré ahí ayudándote, ya que tú has hecho mucho por mí en este tipo de casos.
Sonreí. Y era verdad, él siempre estaba ahí, me acompañó en los momentos más importantes de mi vida.
Nos complementábamos, y sabíamos que íbamos a estar juntos para siempre, que nuestra amistad era más fuerte que todo a nuestro alrededor.
Me abrazó con uno de sus brazos y caminamos juntos por un sendero...
De un momento a otro besó mi mejilla. Lo miré extrañada ya que casi nunca hacía eso y susurró en mi oído que me quería. Sonreí e hice lo mismo. Me sentía bien y sabía que no estaría sola en ningún momento de mi vida.

Desperté. No había Chris, ya no me llamaba Natasha
. Ese no era mi nombre. Mi habitación estaba sombría y no había nadie en casa. Miré a un lado y vi todos esos pañuelos botados a un lado de mi cama. Estaba sola".



Escrito el Martes 29 de Septiembre del 2009.

lunes, 11 de abril de 2011

Un día, unos días

El sol brilla bastante para que la fecha indique que Abril está alzando el brazo haciendo notar su presencia. Otoño en su esplendor, un ocre bastante variado (y no tan sólo ocre) repartido bajo nuestros pies infinitos metros a la redonda. Una brisa un tanto helada y tal vez un poco de agua rebotando el piso desde el cielo.



Otoño, no te preocupes que para mañana tu asistencia está confirmada.

lunes, 4 de abril de 2011

¿Qué te pasa?

Que te veo y me brillan los ojos.
Que te siento y sonrío en mis labios, en mi mente y en mi alma.
Que te beso y me olvido de todo.
Que te abrazo y siento lo cálido que puedes llegar a ser.
Que te pienso y quiero que estés conmigo al instante.
Que te sigo pensando y me imagino que haría un día sin verte.









Eso me pasa.

jueves, 24 de marzo de 2011

Palabras

El cansancio y el sueño me derrotan bastante, me hacen escribir tonterías. Molestias en la espalda, los ojos casi calléndose por sí solos y tal vez un poco de frío no me dejan procesar.

Música de fondo, cuadernos y un libro sobre la mesa, conversaciones abiertas. Sí, lo sé, esta entrada es bastante patética pero por lo menos no es tan mala como la que solía escribir hace unos minutos atrás...

Hasta otro día, amigo, cuando me encuentre en buenas condiciones te daré algo más contundente para comer.
 

Blog Template by YummyLolly.com